debe existir un regalo excepcional,
sea de valor incalculable.
Que no tenga una envoltura
demasiado vistosa o complicada
pero que sea ante tus ojos algo
digno de maravillarse.
Sólo te ofrezco este corazón,
que aún siendo pequeño y frágil,
lleva dentro un amor tan grande
como el cielo,
que no hace otra cosa que amarte y agradecer
a Dios por tu existencia.
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