martes, 13 de noviembre de 2012

Despedida

Al despertar la mañana, el viento hacía crujir las ramas
de las ventanas que insistentemente tocaban buscando
a su amor, las hojas bailaban con el viento
en una danza que parecía infinita,
algo diferente había sucedido, los pájaros cantaban
en un sonido distinto entre amor y nostalgia,
todo era igual pero algo pasaba.

Ella estaba en el sueño mas profundo,
con una sonrisa entre sus labios, dormida como flor
entre unas manos,
a un costado una carta...
Escrita con sangre y lágrimas para un viejo amor...

El amor que nunca llego, que inundaba y vaciaba el alma,
ese amor que se vuelve ilusión y nada...
Un amor que a la distancia anhelada y que la hacía
alma en pena enamorada...


La carta decía....

Amor mío...

Cuando cierro mis ojos y te pienso sucede magia,
porque entonces puedes estar junto a mí.
Puedo tocarte la cara, y tener tus manos junto a las mías.
Puedo mirarte a los ojos y ser feliz... Y entonces
no hay distancia que nos separe.

No hay nada alrededor más que tú y yo, y puedo quitarme el miedo
de besar tus labios.
Y puedo vivir en medio de este amor, tengo miedo de abrir mis ojos.
Y prefiero ser ciega si tú te vas.

Porque no quiero alejarme de tus manos.
Ni dejar de amarte una vez más, no mi amor
no te vallas.

No me dejes con el hueco de tu ausencia, entre mis brazos
no me dejes sin la magia de tus besos.
No  me dejes vagando como un alma en pena, no, mi amor,
no abriré mis ojos.
Porque no quiero perderte....

Con una sonrisa se fue, siguiendo su ilusión.
Sus ojos jamas se abrieron, pero se abrió su corazón,
dejando libre a su alma, rompió con todo su dolor, era un alma libre,
un alma que en sueños se quedó.

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