miércoles, 28 de noviembre de 2012

Diluvio

Hay un diluvio de sol en tus mejillas
un torrente de océanos, en tus ojos;
tu cabello trigo dorado, seda
brilla azahares, jazmines,
aroma en tu viña.

Porque tus ojos atrapan mi destino
y me vuelves frágil,
casi cristalina.
Prisionera de tus caminos soy peregrina
bebo tu polen, la dulce semilla.


Volemos juntos el norte de tu frente
decendiendo despacio
hasta el caliente trópico
de tu sed y tu ribera.

Vamos a descubrir el continente
de nuestro amor con fuerza incontinente
con aromas tíbios a primavera.

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