Aquí estoy escondida en uno de los lugares
donde sé que te tengo,
donde te ame tantas veces y saboree el
salitre de tu cuerpo.
Donde exorcizo mi existencia,
ampliándolos.
Necesito continuar queriéndote
con la intensidad con que se quiere
en las películas mudas.
Y escribí el arrebato de las tragedias
en blanco y negro,
con grandes planos y gestos de amor...
Aquello que nos gusta.
Es aquí donde me enamoro de ti
una y otra vez,
donde nos prometemos la eternidad
aplazada mientras hacemos el amor,
mientras rozamos el alma
uno del otro.
Percibo el retumbar alegre de las voces
de los que quiero, ajena, mientras tú
me golpeas el corazón.
Engullo todos los sonidos que no sean
los de nuestras respiraciones juntas...
Y me olvido de quien soy,
queriéndote para el resto de la vida
y un día más diciéndotelo.
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