La noche trae el encuentro de los cuerpos;
en la desnudez de la piel.
Caricias que deleitan los sentidos
de la pasión.
El tacto se hace jugador
de la mejor partida,
el juego de la seducción empieza.
Manos que revolotean,
como las gaviotas que vuelan
por el mar.
Ojos chispeantes, conjunción de labios
y de escalofríos,
sensualidad que elevan los instintos,
amantes que se dejan llevar
para dar y recibir todo.
Esprimiendo cada gota de amor
dejando una huella y el mejor
perfume en cada cuerpo,
para ser recordado
hasta su próximo encuentro.
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