No te quería besar y mis labios como un imán
a tus labios se enlazaron.
Tus manos dieron con mis puntos sensuales y sensibles
y yo, me deje llevar por ti,
jadeante excitada y me entregué a tu danza.
Necesitaba que la fuerza interior me poseyera
como el río en el mar y que tu piel gozara con mi piel.
Le diste placer a mi cuerpo que desnudé para ti,
fue tan maravilloso que sé, que ya no habrá
más encuentros.
Pero te sigo queriendo, aun hoy
cuando estoy e otros brazos
y beso otros labios...
He de morderme la lengua
para no pronunciar tu nombre,
porque te ahogas en mi garganta
cuando pronuncio "Te Quiero".
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