Sólo quiero que el silencio vea y escuche lo que decimos...
Encadéname a tus deseos...
hoy me siento sedienta...
quiero el veneno de tu cuerpo...
que tus manos sean una fruta madura
pasando lista sobre mi piel...
Yo me entregare a ti...
como un libro abierto...
donde tu lengua sea la almohadilla
humedecida, para cada renglón de mi cuerpo.
Te pediré que hagas lo que quieras conmigo...
Seré tu doncella... Y al mismo tiempo
la afrodita, que tus pensamientos anhelan...
Seré todo lo que quieras...
solo deja que sienta tu pasión y tu locura...
Que es lo que me hacen seguir con vida.
Tu vienes y hacemos silencio
en nuestros cuerpos
y que sólo lo rompan los gemidos,
suspiros de nuestra piel, que emanan del encuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario