Comete mi boca y desliza suavemente
la humedad de tus labios hasta los míos
con la voracidad de un animal codicioso
y con tus manos, busca mis pechos inflamados
de placer para tu deleite,
mientras tu lengua va descubriendo
su sensualidad y erotismo entre mis encajes.
Acaricia viciosamente mi espalda
hasta donde pierde su nombre,
hasta que tu virilidad se restriegue
en mis nalgas,
mientras susurras en mi oído que como tú,
nadie me sabe hacer el amor.
Que tu miembro se friccione contra el mío,
están deseosos ambos de pertenecerse
y acompañemos con el éxtasis mas lujurioso
que jamás hallamos podido imaginarnos.
Hazme llegar al climax para morir
mientras arrojas tu blanca comunión
en el túnel abrasador de mi ser
una y otra vez, con el empuje de olas tormentosas,
hasta agotar mi cuerpo y tu furia.
¡Hazlo!, ¡Hazlo hombre, que mi hambre de ti
aún no se sació!.
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