La vida...
es acordarse de un despertar
triste en un tren al alba:
triste en un tren al alba:
haber visto fuera la luz incierta:
haber sentido en el cuerpo roto
la melancolía virgen y áspera del aire punzante.
Sentarse a una mesa desconocida.
Dormir en una cama ajena.
Sentir la plaza ya vacía
llenarse de un tierno adiós.
Quizás la juventud tan solo sea
amar, amar, y nunca arrepentirse.
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