El deseo moldea en la arcilla lo que la vida
esculpe en la piedra.
Convierte en tu credo aquello que deseas
ardientemente.
Todo lo que la mente concibe
y desea realmente, lo consigue.
Las aspiraciones de nuestra vida, nuestra alma,
los deseos de nuestro corazón son mucho mas que
los sueños de nuestra imaginación.
Estas son como profecías, predicciones que nos advierten
de las cosas que pueden convertirse en realidades.
Ellas nos revelan de lo que somos capaces,
dan la idea de la altura de nuestros ideales
y nos coloca en la esfera de nuestra actividad.
Lo que anhelamos, lo que estamos tratando de lograr,
se esta convirtiendo en una realidad.
Nuestro ideal es el esquema de la realidad,
antes de lo que esperamos se convierte
en sustancia o materia.
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