Tu luz saboreada. Tu boca breve y árida
tus manos estrelladas
de ternura ingrávidas.
Existes, se que existes.
Estas donde te nombran
mis ojos y mis labios de perlas nacaradas
mi piel de espuma y ola de lunas
ya menguadas.
Marea impermeable de corales que se asoman
a traducir mis lenguas para besar
mis bocas.
Existes, ¡Se que existes!
perfumaste mis rosas
junto al leve parpadeo
de una caricia rota.
Existes.
Yo te creo,
yo creo en tus auroras
amaneciendo nítido
sobre mi piel redonda.
Existes, ¡Se que existes!
Aunque aun duermes ahora,
en esa eterna sabana de una mirada absorta,
fugitiva, extraviada...
No hay comentarios:
Publicar un comentario