Fuiste la brisa en mi rostro y la luz de mi mirar
teníamos tantos sueños
y tanta magia juntos.
Era inevitable que nos enamoráramos
a Dios le doy gracias por ponerte en mi camino;
por poco tiempo, pero intensos momentos
felices momentos.
Aprendimos tantas cosas fuistes
la gaviota que me entrego
el aire y me enseño a volar.
Tal vez, nadie comprenda
mi inexplicable forma de amarte.
Mas si te hubiesen conocido,
como yo te conocí tu grandeza al entregarte...
Y la pasión que en mi derramaste...
Entenderían las huellas que dejaste en mí.
Y los años tan bellos compartidos
mis manos tienen tu tacto,
mis labios buscan el roce de los tuyos;
con ese sabor a canela que me gustaba tanto en ti.
Donde te fuistes amor mio?
Donde marchaste cielo de abril?
Mi alma vaga en la noche buscándote...
A tu lado, fui tan feliz...
Que me acuesto contigo y me despierto
oliendo a ti.
Aun no estando, no te has ido
porque nuestro amor vivido jamas lo matara el olvido...
Y me rindo al final y me entrego a ti
en mi soledad,
prisionera me quede en tu corazón.
Cierro los ojos y escucho tu bella sonrisa de laurel.
Y me rindo a tus caricias,
aquellas que jamas regresaran.
Porque te fuistes amor te echare de menos;
pero sé, en lo mas hondo de mi corazón y de mi alma,
tu brisa de hombre enamorado quedó
impregnada como mi propia piel.
Hasta que dios me llame junto a ti.
¡¡Esperame Amor!!
Porque eternamente seguiremos nuestra
hermosa historia de amor.
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