viernes, 26 de abril de 2013

Una Tarde De Verano

Una tarde de verano el destino nos dio la oportunidad de estar juntos,
pero esta vez solos, sin nadie para juzgarnos.
Esa tarde paseamos por la playa charlando de cosas que nos sucedían en nuestra vida, cosas que sin saber teníamos en común.

La tarde fue cayendo y nos sentamos a la orilla del mar para ver juntos la puesta de sol, mientras las gaviotas volaban a nuestro alrededor. Como si fueran pequeños ángeles, el sol se marchó y la noche comenzaba a llegar, nuestras manos se juntaban tratando de buscar un poco de calor.

Tendidos en la arena mirábamos al cielo fijamente observando como la noche dejaba al desnudo todas las estrellas.
No dejabas de mirarme a los ojos y mientras que la luna salía por el horizonte me dijiste que me amabas, yo sin saber que decir... Me quedé sin palabras, creía que estaba flotando no podía creer lo que sucedía y sin despegar la mirada de tus hermosos ojos y selle todo con un gran beso.



Mis manos acariciaban tu hermoso cabello, tocaban tus rojizas mejillas, secaba las lágrimas que brotaban de felicidad de saber que solo esa noche podíamos vivir juntos.
Esa playa con su suave arena los dos juntos; mirando anochecer dejándonos querer por la brisa del mar.
Te bese y acaricie con todo mi amor, sólo las estrellas como pequeñas velas iluminaban nuestros besos.

Tus besos junto con los míos se transformaron en pasión y tu ropa comenzó a caer en la arena.... Sin darnos cuenta estábamos haciendo el amor...

Las nubes ocultaron la luna apagando la luz, dejándonos en nuestra intimidad. Hicimos el amor perdiendo la noción del tiempo nos amamos como nadie se ha amado jamás, abrazados desnudos junto a la arena.

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