Suculentas son mis armas veneno puro de seducción
grandes con tus miedos al desafío de mi pasión.
Pecaminosa mirada te atrae
lentamente hacía ti, sin peros sin reproches,
bebes sedientos mis encantos raptas mi cuerpo
con intrépida insaciable soltura.
Enredándote adicto en la bruma del embrujado manantial
de mi golosa miel,
insatisfecha locura de deseo dominado...
Me dejo envolver, impregno mi huella en tu piel,
para recordarte que has de volver...
Bebes sedientos de mis aguas, olfateas embriagado
en mis aromas y gimo en un grito felino de placer
al éxtasis de tu pasión loca.
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