de abrazos continuados, de caricias y besos,
de roces de pieles erizadas de mordiscos,
de recorridos con la lengua, de sudores ardientes.
De embestidas salvajes, de orgasmos
y eyaculaciones sobre y dentro de mi cuerpo.
Me gustaría salir así a la calle para no desprenderme
de este escalofrío que aún siento en mi interior
y seguir oliendo a ti,
pero necesito una ducha para calmar este sofoco
que me invade.
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