se estremece entre tus dedos
me levitas en un sólo segundo de placer.
Nadie más que tú lo debe conocer...
porque eres quien justo lo tocas y lo entibias.
No sabes lo que haces, hasta que me lo provocas.
Cuando entras sensual yo me acurruco
en un costado, de tus manos inquietas
me hinco, me muerdo, ¡Ay! me tientas
me dejo llevar a un estado de epilepsia...
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