Ven a sembrarte en mi tierra fértil y húmeda.
Ven a regar mis muslos con caricias
que nacen de tus dedos.
Ven tomarme y anida en mi piel,
moja mi realidad con tus ojos
y hazme temblar las piernas.
Siembrame unos besos en la boca
y emociona mi corazón.
Quiero que se me valla la vida a penas
sienta tu latir entre mis venas,
quiero olvidar quien soy
y que tus manos me lo recuerden
mientras exploras,
mientras nombras y descubres los paisajes
que habitan en mi cuerpo.
Ven y siembrate en mi espalda,
entre mis manos.
Siembrate y hazme florecer
envuelta entre muerte y gozo,
entre miedo y placer.
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