Cuantas veces soñé con tus besos
con saborear tu boca como chocolate
y relamiera tu alma y tu cuerpo
una sabrosa pasión.
Y hoy me pierdo entre tus brazos
y empalago mi piel con la dulzura de la tuya
y estas y estoy y estaremos ahí amándonos
como lo hacen las golondrinas en su nido cada año.
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