Tus ojos siempre fueron para mi
universos oscuros parpadeantes,
infinitos y eternos;
así que no dejes de mirarme así nunca.
Porque en ellos quiero reflejarme siempre.
Y no dejes de hacerlo, te lo pido,
te lo piden mis manos...
Que agarran tu cintura mientras tu cuello
invita a mis labios a que suban hasta tu nuca...
Y en ella se confundan con tus cabellos
buscando con la respiración acelerada tu lóbulo...
Sobre el que depositar mi tercer beso, pero ultimo...
Gracias a ti por tu tacto, por tu olor,
por tu sabor...
Por tu deseo, por tus ganas
por ser como eres...
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