En mis manos se quedó impregnado el olor de tu piel
en cada roce de mis dedos se durmió tu recuerdo,
que despierta cada noche el deseo de tenerte junto a mí.
Memoricé cada rincón de tu cuerpo...
Las caricias se deslizaban entre tus piernas
como la cálida brisa del verano...
Tus labios entrecerrados callaban mi nombre
que soltabas como suspiro.
Te busco en la silueta desnuda del recuerdo
y bebo de cada segundo las imágenes
de tu movimiento.
Me salpicas de deseo y profano el espacio donde
no te encuentras con dulces versos
de Amor...
Donde tu entrega quema mis ganas,
en el ardiente fuego de nuestros cuerpos desnudos.
Sudor atizando el infierno del acoplamiento de nuestros sexos
y salto en el tiempo rompiendo cualquier teorema
de física que me separe de ti.
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