Susurrantes labios
delicados esculpidos a cincel...
Sedientos de besos ansiados
mil veces leídos en papel.
Las pupilas delicadas y encendidas,
trémula mirada de mujer
hoy dispuestas y convencidas
a dejarse poseer.
Que gritan a la piel,
que hagan caer muros
que rompan, que rasguen
que hieran y maten, que ardan silencios robados
obligados y desnudos.
Que abran rendijas,
que hagan conjuros...
que caigan mordazas que desaten,
que arranquen que deshagan nudos...
Que hablen, que besen
que muerdan o aplaquen pero...
Pero que nunca esos labios sean mudos...
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