Dejaré que tu naturaleza me lleve despacio
por los caminos del infierno
suave, ardiendo de deseo
seré tu juego predilecto.
Inundados tu y yo en las mismas fantasías
seremos prisioneros del deseo
que nos consume.
Y las paredes del silencio no podrán contener
la agonía de estos cuerpos,
que se desatan en el tiempo
donde la pasión es una sola...
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