domingo, 9 de junio de 2013

Muero De Ti

Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de tu piel de ti, de mi alma de ti
y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mi, muero de ambos
de nosotros de ese desgarrado partido,
me muero, te muero, nos morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas.
En la calle en que mi brazo va vacío
en el cine y los parques, los tranvías
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza.
Y mi mano tu mano
y todo lo que yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mi
y en el lugar en que el aire se acaba.
Cuando te echo mi piel encima y nos conocemos
en nosotros, separados del mundo, dichosa
penetrada y cierto, interminable.





Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos ahora separados del uno al otro, diariamente.
Cayéndonos en múltiples estatuas en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso, en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin; muero de máscaras de triángulos oscuros
e incesantes.

Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo
de nuestra muerte amor, muero, morimos.

En el pozo de amor en todas horas inconsolable a gritos
dentro de mí, quiero decir te llamo.
Te llaman los que nacen, los que vienen de otras
de ti, los que a ti llegan.

Nos morimos, amor y nada hacemos
sino morirnos mas hora y escribirnos
y hablarnos y morirnos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario