Sendero abierto en dos imágenes de instantes húmedos.
Profanación del reflejo, suspiro escapado
de la trasparencia.
Manos atadas que comulgan roces
succión del clítoris sin mas empuje que una caravana
de círculos salpicando la punta demencial
de tus dedos.
Sigues la línea rosa, subes, bajas y el pétalo palpita.
Se adapta convulso dejando mieles bajo el esmalte
de tus uñas.
Ensayas movimientos en lentas secciones desesperadas
y el dedo medio se pierde clandestino, recrea una dosis
de espirales y el susurro es un grito.
Hay vértigo en tus caderas que oscilan sin rumbos fijos.
Vaivén saliente, suspiros emergiendo de las paredes
rupestres.
De tu laberinto donde adentrarse en un segundo.
Gruta ultrajada, roce fugaz, contacto que enmudece en tus ojos
ganas comprimidas en recónditas esferas del cerebro.
Deseos de llegar a las señales luminosas sin nombres.
De ser náufrago, vestigio de tempestad barca varada,
en las orillas de un lago salpicado de mar y espuma.
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