Que no me quieras dócil, ni ideal, ni sumisa
que me quieras así.
Con un talón sembrado con el balcón cristalino
del aro de la luna.
Que sin que te lo pida
te transforma en guerrero dibujando victorias,
a mis lindas batallas en la cama.
No soy fácil...
ni simple ni prudente.
Que a veces me abandono en puertos imprecisos
que muto en alondra en tórrido lamento
o clausuro la voz envuelta en desazones.
Entonces amoroso tiñes los horizontes,
las fibras de mi pelo aniquilas las dunas,
con el sol de tus besos.
Una vez mas siento la blandura del veraz sentimiento.
Y vuelvo a ser la reina
que enciende tu lecho...
Te Amo.
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