No necesito tocarte para que sientas mi ternura
ni siquiera abrazarte para que vibres de locura.
Tan sólo tengo que mirarte y fundirte con dulzura
con pasión contemplarte, amarte sin ataduras.
Tan sólo necesito que sientas que te amo
perdernos en el vacío de nuestras manos.
La intensidad del amor un alto poder,
traspasa todo lo físico, sólo la mente cuelga
en el precipicio.
No necesito tocarte cuando mi mirada
se vuelve espuma y moja las orillas de tus sentidos.
Piérdete tras mi mirada, más allá de mi iris
donde el sentido suspira, posado en el alma
y vivamos esta calma tan dulce e intensa.
No necesito tocarte para que me sientas.
Es mi pensamiento ese polizonte
que recorre tu cuerpo, sin que te asombres y vuela mi mirada
perdida en tus valles.
No pierdo de ti un detalle.
Volviéndome caricia, con la fuerza del viento
me poso en las cornisas de tu templo.
A veces soy suave brisa que recorre tu lecho
tan sólo mis palabras mecerán tu aliento,
Sentirás el viento traspasando las paredes
de tu Universo, ese mundo infinito
donde me entrego a tu amor.
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