y acariciándote te llamé
y con mis manos sobre mi cuerpo
fuiste mi primer y único deseo de estar en ti
y ser parte de ti...
Tus manos revoloteaban cual palomas
inundando de caricias mi piel y todo mi cuerpo
se abrió como una flor para ti impregnada
de aromas;
que tu desgustastes como un lobo hambriento.
Perdida entre las sábanas,
sigo el aroma que dejaste en el lecho
de hombre amado, deseoso de caricias
y de entrega.
Me toco pensándote y mi cuerpo se abre
a tus caricias que con mis manos te llaman.
Soy presa que espera ser devorada por ti,
Con tus besos, tu lengua
y tus deseos de estar en mi...
Como la última vez que fui tuya...
Ven!!
me dejaste con ganas de más.
Regresa te espero entre las sábanas perdida;
pero impregnada de aromas tuyos, míos, nuestros.
Y así duermo cada noche soñando
que vienes y me amas...
Siempre tuya... aunque sea en sueños.
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