DUETO
Yo quisiera no amarte tanto,
ni que los temblores cuando estoy contigo
no fuera tan evidentes...
Pero como la flor no elige su color
mi pasión por ti en rojo carmesí se convierte...
Este sentir es tan latente,
que apenas entras al cuarto,
cuando la cita no se hace esperar...
Tu eres mantequilla derretida que se adhiere
a mi hogaza de pan.
Y te tomo en esa seguridad.
En mis ojos los tuyos simplemente se pierden
en los míos indefensos ante mi...
Somos sinfonía de una partitura,
aún por escribir...
Tu agachas la mirada y arqueas el cuerpo,
mis manos moldean las ganas que me tienes
y los gemidos no tardan,
me uno a ellos, la sinfonía comienza...
Y tú perdida entre notas tan altas eres mi soprano
y yo tu tenor...
Poseo tu cuerpo con tal euforia
que mis quejidos te aplauden, eres arcilla en mis dedos
y yo tu escultor...
Que va moldeando como un buen amante,
a la dueña de su amor.
Nada se compara con sentirme dentro,
mientras me besas con pasión,
me enredo en tu cabello y tu te enredas
con mi olor...
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