Me confieso ante todos, he pecado muchísimas veces,
sentir sus labios mucho tiempo después
como si estuviese vivo ese acto...
Que hermoso sentimiento de tener
y no tener, de tratar de dormir y hacer la resistencia,
hasta llegar el momento del climax
donde las palabras sobran,
los cuerpos sudorosos y las miradas
que le dicen a una:
"Eres mía hoy y siempre!!".
Y dormir a tu lado y al nacer la mañana,
nuestros cuerpos quieren jugar
nuevamente la partida del deseo
y de la tentación de caer entre sábanas revueltas
y enredarse con el deseo de dejarse llevar
por la pasión de los cuerpos en el éxtasis.
Dar y recibir, entregarse al momento
donde los dos ganamos y nos sentimos
especiales y eternos.
Yo en ti, tu en mi nuestras pieles rebosan
como la lava del volcán
que tras las erupciones salen al exterior inundándolo todo.
Lléname de ti, me entrego a esa unión de los cuerpos.
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